MILAGROS, VIDA Y NUEVOS ATAVÍOS DEL GUERRERO CON ANTIFAZ La mona, aun con careta, sigue mona. Censado entre los grandes lenguaraces, adulador de vísperas a nona, su cálamo ha vestido de disfraces mientras reza al olvido haga las paces y oculte lo peor de su persona. Y, en tanto, busca el arca del trastero el antifaz, la mueca, la falsía que camufle su olor a basurero; pues, tras la farsa de la bonhomía, perpetra esa continua felonía que le espera en lo negro del tintero.