.expreso mis oraciones con profundo amor y respeto al Dios que heredé de mi abuela, y de mi madre y que sin ambages aprendí a amar. Salen desde el fondo de mi alma a manera de sonoras melodías que relatan algunas etapas significativas de mi vida; como aquellas canciones de un ayer que murió, y se escuchan en una tarde fría de invierno, cuando un hombre se recoge con su guitarra frente a una hoguera a contemplar nostálgicamente su vida, y las palabras surgen súbitas y repentinas, simplemente reflejando el dolor y la tristeza humana que algunos experimentamos en el transcurso de nuestras vidas, con esperanza de superación y consuelo; sabiendo que no caerán en oídos sordos; pero con temor a ser reprendido por un mundo moderno que insiste que el ser humano deber ser autónomo y progresista y no debe sentir dolor ni melancolía, sino que siempre debe mostrar alegría, optimismo, y estar siempre en control de su vida y de su universo no obstante las circunstancias que le rodean. Oscar L. Guzmán, autor Los poetas comprenden al corazón humano mejor que los técnicos. Oscar Luis Guzmán es a la vez poeta y suplicante; un bohemio que expresa los sentimientos profundos del corazón de los que delante de Dios se conocen como viajeros en esta vida. Su trayectoria toca temas de la fragilidad humana y a la vez los de nuestras añoranzas más altas. Los versos de Guzmán, en esta obra: MI VÍA CRUCIS, en forma de oraciones, llevan el sabor de La Noche Oscura de San Juan de la Cruz, la ternura de la relación personal entre la criatura y su Dios; muestran a la vez una humildad basada en nuestro estado humano y limitado, y una clara aclamación de la confianza que le alienta a cada ser humano a que siga subiendo a realizarse según el plan y patrón divino. Cualquiera que sea el día en que tú te encuentres, Guzmán te ofrece una oración apta para la expresión tu estado de ánimo. Louis Facchino, M.Div., LMFT (Master of Divinity, Licensed Marriage and Family Therapist)