Aunque ya en las Complaintes (1885) el autor inició sus audacias formales y temáticas, su verdadera revolución estética se inició con la imitación de Nuestra Señora la Luna, prosiguió con El Concilio feérico y culminó en la docena de últimos poemas, publicados el año de su muerte, con los que inaugura la utilización del verso libre en la poesía contemporánea. El título, Imitation de Notre-Dame la Lune, selon Jules Laforgue, es irónico y tiene como referente la Imitación de Cristo, más conocido como «el Kempis». Laforgue trabaja a partir del Pierrot de la Commedia dell' Arte, pero no es ya el Pierrot de Watteau, sino el que viene de Huysmans, Pierrot sceptique, que le sirve para un primer y estupendo texto teatral, o metateatral, Pierrot fumiste, escrito a fines de 1882, en su exilio berlinés. Junto a Hamlet, Fausto y Don Juan, mitos teatrales de la modernidad renacentista que forman parte del mundo poético laforguiano desde sus orígenes, el Pierrot italiano le sirve a Laforgue para encamar una poética antiburguesa: la melancolía y el alelamiento son las características que el personaje recibe de la tradición; Huysmans le añade el toque escéptico y Laforgue lo convierte en estandarte de un personaje basado en la máscara como defensa contra un universo hostil, un mundo de intereses económicos mezquinos y de rituales vacíos de significado. El Pierrot laforguiano asume una postura lúcida y radical, anticipo del Ubu de Alfred Jarry y de la crueldad artaudiana, proponiendo la unidad dialéctica de lo trágico y lo banal, del nihilismo y la máscara. Son presupuestos suficientes para hacer ver que, junto a la búsqueda personal de unos modos de expresión literaria, hay una reflexión lúcida y rigurosa sobre las condiciones del quehacer poético.Nota: esta obra es bilingüe.El título, Imitation de Notre-Dame la Lune, selon Jules Laforgue, es irónico y tiene como referente la Imitación de Cristo, más conocido como «el Kempis». Laforgue trabaja a partir del Pierrot de la Commedia dell' Arte, pero no es ya el Pierrot de Watteau, sino el que viene de Huysmans, Pierrot sceptique, que le sirve para un primer y estupendo texto teatral, o metateatral, Pierrot fumiste, escrito a fines de 1882, en su exilio berlinés. Junto a Hamlet, Fausto y Don Juan, mitos teatrales de la modernidad renacentista que forman parte del mundo poético laforguiano desde sus orígenes, el Pierrot italiano le sirve a Laforgue para encamar una poética antiburguesa: la melancolía y el alelamiento son las características que el personaje recibe de la tradición; Huysmans le añade el toque escéptico y Laforgue lo convierte en estandarte de un personaje basado en la máscara como defensa contra un universo hostil, un mundo de intereses económicos mezquinos y de rituales vacíos de significado. El Pierrot laforguiano asume una postura lúcida y radical, anticipo del Ubu de Alfred Jarry y de la crueldad artaudiana, proponiendo la unidad dialéctica de lo trágico y lo banal, del nihilismo y la máscara. Son presupuestos suficientes para hacer ver que, junto a la búsqueda personal de unos modos de expresión literaria, hay una reflexión lúcida y rigurosa sobre las condiciones del quehacer poético.Nota: esta obra es bilingüe.Nota: esta obra es bilingüe.